Héctor E. Ramos

Luis Llorens

Héctor E. Ramos es estudiante de undécimo grado en la escuela Ramón Power y Giralt y participa del Club de Luis Llorens Torres desde que el centro comenzó a operar hace ocho años. “Creer en un mismo cuando tenemos tantas inseguridades puede ser un proceso largo. Para esto, a veces es necesario verse a través de los demás y de esta manera reconocer su potencial. Hay que conocer nuevas personas, presentarse en público o tener una voz para abogar por los problemas de la comunidad. Todo esto parecía lejano antes del llegar a mi Club”, reflexiona.

Haber crecido en una comunidad marginada le permitió observar el clasismo, el racismo, la desigualdad y la violencia de cerca. Sin embargo, Keystone, el grupo de liderazgo juvenil del Club, despertó en Héctor el sentido de propiedad hacia su comunidad y le permitió recorrer sus calles, dialogar con los residentes y provocar cambios desde el Club. En esa dirección, ayudó a la creación del periódico comunitario La Voz de Llorens, que expone las necesidades de su entorno, pero también sus logros.

Héctor, que también encontró en el Club el lugar donde desarrollar la disciplina y responsabilidad necesarias para mejorar académicamente, aspira a realizar un bachillerato en comercio. “Desde donde esté, siempre procuraré ser un agente generador de cambios. Siempre he tenido la impresión de que la igualdad puede ser la fuente de la paz. Por eso quiero aportar a ese ideal”, afirma con convicción.

¿Qué obstáculo o reto has vivido?

“Durante una época en mi vida, mi índice académico comenzó a bajar. Puedo encontrar razones personales o externas para justificar esto. Para mí, la educación representa la expansión de oportunidades que sostendrán mi futuro. Bajar mis calificaciones no era una opción para mí.

Sin embargo, por alguna razón no le sacaba provecho a mi esfuerzo. Por ejemplo, un material de estudio que ya había aprendido, desaparecía de mi memoria. Entonces, me preguntaba por qué no tenía mejores resultados. Ese pensamiento invadió mi día a día y opté, tal vez sin darme cuenta, por rendirme. A pesar de la frustración, acepté nuevos retos y responsabilidades, reflexioné sobre lo que había hecho y decidí volver a la frase de Einstein que ya había escuchado: ‘Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo’. Comprendí que no podía seguir recreando mis errores del pasado y retomé mis estudios, reconociendo mis debilidades para buscar la manera de fortalecerlas”.

¿Qué características debe tener un líder?

“Un líder debe de ser honesto consigo mismo y con su grupo, y demostrar madurez y respeto al recibir la opinión e ideas de los demás”.