Kiara: el orgullo de su familia
Por Ana Castillo Muñoz
A Kiara Velázquez Gómez la timidez se le nota por encima de la ropa. Si había algo a lo que ella le tenía miedo a hablar en público. Por eso, para ella Boys & Girls Clubs de Puerto Rico es un espacio de desarrollo. “Yo me considero una persona bien tímida y allí me enseñaron a expresarme frente a las personas, a ser una joven líder, ya que no lo era. Me enseñaron a ser diferente, a ser yo…”
Kiara llegó al Club hace cuatro años cuando sus madre le buscaba en campamento de verano. Ella fue una de las últimas en inscribirse, así que se sentía un tanto incómoda. Luego, se matriculó para participar frecuentemente de las actividades del club, pero no fue en su segundo año como participante donde ser involucró en los programas. Tanto así, que junto a unos compañeros adoptaron una comunidad cercana al Club para ayudar. Allí se encontró con un problema de alfabetización que le preocupó. Recuerda que muchas veces, los vecinos de la comunidad se acercaban donde ellos para que les leyeran la correspondencia.
Para Kiara caminar por el lado correcto es primordial, según cuenta, en su zapatos, un par de tacos, lleva la historia de sacrificio de sus padres. Esos mismos zapatos la acompañaron hasta su graduación de escuela superior. Sus padres lo han dado todo por ella y por su hermano menor, al que desea guiar con su ejemplo. “A mí me gusta demostrarle a mi hermanito, a los niños, jóvenes y adultos que todo se puede… que aunque haya problemas todo se puede”, mencionó, la joven.
“Soy la primera en la familia que está estudiando en la universidad. Yo soy la parte positiva, llevando el ejemplo a mis primitos”, comentó la joven que actualmente se encuentra cursando su primer año de bachillerato en Ciencias Naturales en la Universidad Interamericana en Cupey.
En el proceso de introducción a la vida universitaria, el Club tuvo mucha participación, y es que según cuenta, ellos la llevaron de la mano para saber qué y dónde estudiar para convertirse en la ortodoncista que quiere ser. Desde hace un tiempo, Kiara sabe lo que quiere en esta vida. “Yo me propuse representar a mi Club y hoy día estoy aquí. Lo intenté dos veces –ser joven del año-, y a la segunda vez se me dio la oportunidad y estoy muy orgullosa. Esto es para mí una súper satisfacción”, dice mientras recuerda la alegría que esto le causó a toda su familia, en especial a mi mamá quien no aguantó los gritos de emoción cuando escogieron a su hija como la joven representante del Club. Cuando piensa en el Club, piensa en familia. Kiara está agradecida con que su madre, la haya llevado allí, y es que en BGC encontró un segundo hogar, un espacio donde la enseñaron a cooperar y respeto.
Autoconocimiento fue su mayor lección: “Ser yo, aprendí a ser yo. Uno no vive de las demás personas, siempre tienes que ser tú y siempre pensar en tu futuro, sin importar lo que la gente te diga y que tú no puedes…”, finalizó.